domingo, 17 de octubre de 2010

Disculpa TBC que hoy no hable de ti

Hoy…

(Creo que casi siempre que me provoca escribir es por algún tipo de experiencia que viví hoy, o quizá no sea la experiencia en si, sino de algo que ocupó la mayor parte de mis pensamientos. Algo que quizá para ojos ajenos sea vano y poco relevante, pero hasta en eso uno puede encontrar una razón para escribir)

…novedad, me concentré en una canción. Pero incluso antes de hablar de la canción, debería remontarme en un viaje hacia lo pasado, hace casi 4 años, cuando la música no definía mi vida, cuando era un simple acompañamiento de momentos específicos de la vida, era un segundo plano… hace poco menos de 4 años, empezó una historia la cual tiene muchas partes de las cuales me arrepentí miles de veces, sin embargo, aprendí muchas cosas de dicha experiencia. Una de ellas, fue el inicio de una suerte de aventura acústica.

Todo empezó cuando alguien empezó a regalarme muchas canciones, obviamente nuevas, desconocidas y que si las había escuchado, jamás habían sido lo suficientemente interesantes para engancharme con ellas. Poco a poco, el vicio por buscar nuevas canciones fue in crescendo, y luego ya no sólo canciones sino nuevos autores, nuevos géneros, nuevas fusiones...

Hoy siento que encontré algo más porque vivir, por lo simple y hermoso que puede ser descubrir una melodía nueva y prenderte a ella de tal manera que no la quieras dejar ir, que sientas que te pertenece, que habla de ti, que forma parte de ti. Escuchar música para mí ha dejado de ser un pasatiempo, para convertirse, creo, en algo más, en una necesidad, algo que disfruto demasiado, en lo que pienso, en lo que sueño…

A pesar de saber que no soy la única que pasa por esto, (bueno, en realidad sé que hay miles de verdaderos melómanos ahí afuera sucumbiendo ante el placer de ritmos y melodías que fácilmente jamás he escuchado), tengo pocos amigos con los cuales compartir este vicio. Uno de ellos es la persona que menciono al principio, que por estos momentos, no es la más adecuada para acercarme con la intención de compartir algo. Vale decir que no me considero una melómana, aunque si me gustaría serlo algún día, quisiera mantener viva esta ¿llama? ¿pasión? No encuentro otra manera de describirlo, pero quiero conservar mis deseos veinteañeros intactos para cuando tenga veinte años más: seguir, de alguna u otra manera, descubriendo nuevas canciones, géneros, autores, etc. y que pueda seguir haciendo mis días más intensos gracias a la música.

¿Como definiría, hoy, a la música? Franz Liszt decía que “la música es el corazón de la vida, por ella habla el amor, sin ella no hay bien posible y con ella todo es más hermoso” y no le faltaba razón. He escuchado “Salvapantallas” de Jorge Drexler el día de hoy 21 veces (ahora estoy reproduciendo la número 22) y siento que no puedo dejarla, quiero grabarla (aunque creo que ya la hice) en mi mente para que cuando los parlantes se apaguen, pueda seguir escuchándola.

Caramba, no puedo a veces dejar de sentirme cursi, pero ¿qué puedo hacer? Estoy enamorada de la vida, esa vida que es más llevadera, más intensa y más sublime, precisamente, con la música. 

"Años atrás de pronto la casa se llenó de canciones, músicas y versos que brotaban desde tantos rincones..." 
Salvapantallas - Jorge Drexler