jueves, 4 de noviembre de 2010

Sesión 3

En realidad la Sesión 3 sucedió, si no me equivoco, hace más de un mes. Casi lindando con "la semana feliz" que pasé desde que mis examenes de la TBC mejoraron. Resulta que en una de mis clases de Psicoterapia de Grupo tuve el impulso de contar sobre mi enfermedad a un grupo considerable de compañeros. Todo comenzó cuando la consigna fue hablar sobre algo que nos esté ocurriendo ahora mismo, algunos empezaron por compartir cosas un tanto banales, otros no tanto... cuando al fin llegó mi turno, pensé en mencionar algo abstracto y general en cuanto a mi estado de salud y desviar la atención. Pero una vez que empecé, algo fue cambiando y ya se convirtió en una confesión casi impulsiva que me llevó a decir frente a todos: "Hace un par de meses me diagnosticaron con TBC". No fui lo suficientemente valiente para poder reparar en el rostro de los demás al principio, a momentos los miraba de reojo y me pude percatar que me estaban prestando toda su atención. Esto me hizo sentir con más fuerza para seguir hablando, en cierto modo.

No fue tan dificil como lo pensé. Además, tuve reacciones muy favorables de algunos de mis compañeros. Creo que la persona enferma siempre necesita del apoyo de los demás, pero de un apoyo sincero, es darle a la persona que se encuentra enferma la fuerza que no tiene, o si tiene pero no lo sabe. (así sea TBC, gonorrea, fiebre amarilla o hepatitis). Iniciaré una campaña en pro del "no-ocultamiento" de las enfermedades, como el cáncer o sida. Sería interesante. Lo peor que uno puede hacer es pertender ser el fuerte, el que puede salir adelante solo.

Hace tiempo que pasan los días sin que yo perciba mi enfermedad. Hace días que mi tema de conversación principal ya no es: "Hoy me tocó tomar mis pastillas con avena fría de la mañana". Aunque ahora me viene la pregunta: ¿Cuántos bacilos más faltarán por morir?. Hace semanas, además, he recuperado casi al 100% mi vida "normal", aunque con la consigna "cuidate... cuidate mucho" grabada en mi frente, llevando el estandarte de "estilo de vida saludable" a donde quiera que vaya. Ahora, ya en mi segunda fase, la enfermedad se va desvaneciendo, la recuerdo solamente los martes y viernes que tengo que ir a tomar mis pastillas, o cuando me vienen dolores de pecho al querer dormir.

El otro día también hablé con mi asesora de tesis y de paso aproveché para agradecerle sinceramente el hecho de haberme apoyado tanto en este proceso. Me recomendó seguir cuidándome, que esto va a cambiar realmente mi estilo de vida para siempre, pues la TBC ha sido una muestra de que mi sistema inmune es débil de por si (si, ya había reflexionado sobre aquello). Bueno, todos tenemos nuestro órgano débil así que ni modo.

Mañana preguntaré a la enfermera la fecha exacta de la última toma, que si no me equivoco, es para la primera quincena de enero. Esa fecha creo que será mas esperada que mi cumpleaños, que el fin de clases, que navidad y demás celebraciones... al fin y al cabo, con todos los trámites del internado y algunos días de descanso, el tiempo pasará volando.

"El tiempo es arena en mis manos..." (G. Cerati)


1 comentario:

  1. Hola, he encontrado tu blog por casualidad la verdad me ha ayudado mucho leerlo yo apenas estoy por completar mi segundo mes de tratamiento y como tu mencionas ha sido todo un proceso fisico y mental, gracias por compartir tu experiencia con ello me has hecho sentir un poco más optimista.
    Espero actualemente te encuentres muy bien

    ResponderEliminar